Animal que cambia las cosas de sitio. Su carne en México es muy apreciada por su escasa abundancia y su textura picosa.
En la época precolombina fue sujeto de divinización. Se le hacía ofrendas en el mes de la serpiente donde se cremaba coco, incienso y hojas de tabaco. Su culto le estaba prohibido a los tlatoanis y burócratas de vida pública. Una vez en casa, allá cada quien.
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