(Nano riemann) NanoVirus 121-B

Hasta ahora sólo se intuía, pero el deseo de control es parte de un animal pequeño. Es el día a día del NanoVirus 121-B, un cuerpo que permite, al caer a una cepa infecciosa, mejorar sus condiciones de vida al convertirla en un ataque más virulento, pero sostenible.
Es un virus que se alimenta de otros virus. Ejemplos parecidos a este los tenemos en los gusanos planos que atacan a los caracoles, los pájaros y las vacas. Se creía que era independiente y como huésped, nocivo. Se ha descubierto que este anillo plano permite al caracol vivir notablemente más tiempo de media depués de ser infectado. Además tiene el mismo número de posibilidades de ser devorado por un ave que estando sano. Los pájaros están tan acostumbrados a ver a los caracoles escondidos, que una vez expuestos a la luz del sol, no los reconocen.
Estos anélidos planos, a la vez, contienen otros virus que manipulan sus preferencias selectivas y a estos virus (que no sólo están presentes en los gusanos) son controlados directamente por el NanoVirus 121-B. Con el último microscopio construido, de potencia suficiente, se han podido descubrir y corroborar más allá de las anteriores teorías de su existencia.
El NanoVirus es terriblemente simple y mucho más sencillo que una cadena de lípidos, lo que hace pensar a algunos expertos que se puediese programar para tratar enfermedades como la leucemia, donde los anticuerpos del cuerpo humano necesitan una reprogramación. Se baraja la hipótesis de que una persona con leucemia pudiese mantenerse enfermo durante muchos más años, de manera estable y con un consumo necesario de estos NanoVirus. La industria farmacéutica ya se ha puesto a trabajar en ello.
Sin embargo, Quim Van Patten, investigador holandés, sugiere que dicha práctica ha ocurrido en casos concretos y que la voz popular los ha venido denominando como "zombies". Las bacterias del cólera (Vibrio Cholerae), que acabó con cientos de vidas en las Antillas holandesas permanecieron en contacto con los gusanos planos, en especial con el ongó (Tricladida Linnaeus), y con la larva que se conoce como "el gusano del mezcal" (Scyphophorus acupunctatus), que hubiese podido apuntalar la infección por dos frentes. Estos dos gusanos acabaron por acostumbrarse a servirse en una fiesta religiosa. Donde antes se servían caracoles y luego unos tragos de mezcal. Los NanoVirus que portaban los gusanos alargaban la vida de los participantes de la ceremonia, probablemente ya todos infectados por la bacteria del cólera. Así la producción folklórica caribeña sobre zombis y su desaparición una vez erradicado el cólera permanece hasta nuestros días. Es una mutación más virulenta del cólera y persiste de forma más prolongada en la vida de las personas, que muchos tienden a entrar en hábitos fijos, respuestas lentas o comportamientos de una regularidad compulsiva. Esta hipótesis fue escrita gracias a una beca otorgada por cadenas de montaje de la industria pesada y una importante cadena de artículos textiles.

Sin embargo la clasificación biológica de este Nanovirus aún no ha cerrado las sospechas científicas. La costumbre de clasificar, como se dice, no puede acabarse nunca. Hay quien intuye que al NanoVirus 121-B es controlado a través de partículas más pequeñas, probablemente segmentos minúsculos de carbono. Muchos químicos están trabajando en un tratado que vengue este protagonismo de la biología de una vez por todas.

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